«Científicos de la Universidad de Málaga acaban de hacer público un hallazgo: Han logrado dar respuesta a una cuestión que hasta el momento, nadie había conseguido descifrar: ¿Cuál es la razón por la que los malagueños vivimos de forma tan especial y única?
Como no podía ser en otro lugar, en nuestra Málaga. Donde el tiempo transcurre a un ritmo diferente al caer el sol. Ese sol que nos calienta el corazón, bañados por nuestro mar Mediterráneo. Donde sabemos vivir de una manera que sólo nosotros conocemos… con arte, con alegría, y muchos factores más, como un clima envidiable que sin lugar a dudas, marcan nuestro carácter.
Pero hay algo más. Parece ser que un grupo heterogéneo de malagueños, tras tardes de atardeceres eternos, debates, charlas, reflexiones compartidas… se propusieron dar respuesta a la cuestión, ¿a qué se debe nuestra manera tan peculiar y única de vivir? Contactaron con científicos de la Universidad de Málaga y… el hallazgo no tiene precedentes.»
El cartel busca representar la Buena Vida intentando aunar este concepto en una imagen. Para ello damos un paso atrás, buscando llegar al origen; donde comienza todo. Buscando representar ese punto en común que tenemos los malagueños nacidos o no en Málaga que nos hace diferentes. El cartel es un símil de la vida. Nace de un punto que interactúa con otro punto a través de distintos estímulos, que generan conexiones y forman la secuencia genética, la imagen. Un círculo que al generar la imagen, se torna rojo atardecer. Reflejando los colores que crea el sol al caer. Quedando enmarcados por los azules y rosas del cielo malagueño al despedir el día. Un proceso en que la vida cobra vida, a través de factores que la hacen crecer, desarrollarse y evolucionar. El sol, el mar, las olas, la música. El tiempo que detiene el tiempo, que fluye y va más allá. El arte, la compañía, la alegría. Latidos, sensibilidad, emociones, sentimientos que hacen mutar al gen, dando lugar al gen LNEB23-BV. El gen de la Buena Vida.