Las actividades que organizamos se articularon alrededor de Málaga, sus calles y sus plazas; así entre otras acciones, situamos a varios personajes fantásticos y de cuento por calle Larios para que improvisaran e interactuaran con la gente.
Las actividades que organizamos se articularon alrededor de Málaga, sus calles y sus plazas; así entre otras acciones, situamos a varios personajes fantásticos y de cuento por calle Larios para que improvisaran e interactuaran con la gente.
Convertimos la calle Larios en la Calle de la Fantasía y los Cuentos Vivientes. El recorrido de La Noche tenía que empezar por el Gran Libro de los Cuentos. Se trataba de un tótem de libros de diferentes tamaños en la entrada de la calle y el que coronaba la montaña era el de La Noche en Blanco.
Queríamos que fuera la noche de los cuentos vivientes dotando a la vez a esta de su propia historia digna de los mejores relatos populares. En calle Larios se colocaron cuatro plataformas para disfrutar de las historias que tenían que contar Alicia, Robin Hood, Peter Pan, Wendy y Cruela de Vil.
Instalamos en la calle Tomas Heredia un gran salón donde bailar el vals y en el que coincidieron princesas y príncipes de cuentos. Hicimos un llamamiento para que los niños vinieran con su mejor traje o vestido. En el sillón gigante estuvo el Príncipe con el zapato de Cenicienta, cualquiera pudo probárselo y bailar con él si le quedaba bien.
Para los pequeños que se sintieran más monstruito que príncipe o princesa, pensamos en una máquina capaz de sacar a la luz el personajillo nocturno que llevaba dentro. En calle Alcazabilla se podían convertir en monstruos, ogros y duendes a través del maquillaje.